sábado, enero 30, 2010

DESCUBRIMIENTO EN TONINÁ, CHIAPAS

El importante hallazgo se produjo el 20 de diciembre pasado, pero sólo hasta ayer fue presentado ante los medios de comunicación. Su relevancia, dicen los expertos, es fundamental para comprender el ocaso de la civilización maya.

 
En el interior del sarcófago se encontraron los restos de una osamenta y diversos objetos de cerámica. Foto: Jesús Quintanar

Ocosingo, Chiapas.- El enigma del colapso de la cultura maya, sepultado aún en los basamentos de los 13 templos de la Acrópolis de Toniná (a 10 kilómetros de Ocosingo), quizá se desentrañe tras el descubrimiento de un sarcófago de piedra localizado en el quinto nivel de la plaza principal.

El sepulcro prehispánico, correspondiente al periodo que va del año 840 al 900 de nuestra era, es considerado el tercero más importante después del descubrimiento de las tumbas del rey Pakal y la Reina Roja de Palenque.

El hallazgo, con más de mil años de antigüedad, se registró el pasado 20 de diciembre, durante las labores de nivelación en la quinta plataforma de la pirámide principal de la zona arqueológica de Toniná, explicó el arqueólogo Juan Yadeun Angulo, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), responsable de la exploración arqueológica.

Destacó que por su dimensión y características, el sarcófago es único por su contenido y sus características, pues se trata de una tumba sin inscripciones.

Aun cuando los antropólogos físicos estudian los restos óseos para conocer la filiación étnica de la osamenta, Yadeun Angulo se atreve a afirmar que pertenecieron a una mujer o a un menor posiblemente de origen distinto al maya. De comprobarse esa teoría se contará con nuevos elementos sobre el colapso de la antigua civilización maya, ya que para el experto personas venidas del altiplano central pudieron haber contribuido al declive de esta gran cultura.

"Los estudios científicos nos podrán revelar si fue gente ajena a los mayas que procedía del altiplano central, ya sea de origen tolteca, de Puebla o Tlaxcala, que migraron por culpa de las erupciones del Popocatépetl; o bien de personas de Chontalpa, Tabasco, las que propiciaron la caída de los reinos mayas. Lo que hoy se sabe es que hacia el 840 se registró una transformación importante en las urbes mayas, pues dejaron de tener representaciones escultóricas e inscripciones, lo cual puede significar el abandono total de sus asentamientos."

En ese sentido, los huesos se vuelven un tesoro rico en información. De comprobarse esta hipótesis se trazarán nuevos horizontes en el conocimiento del mundo maya.

La tumba

El sarcófago de piedra localizado en la impresionante ciudad maya, asentada en las montañas de Chiapas, en la llamada puerta a la selva Lacandona, tiene dos metros de largo, 70 centímetros de ancho y 70 centímetros de profundidad, ahí se localizó una olla y un cráneo con huellas de deformación y fracturas; al lado, unos huesos dispuestos en forma de cruz.

"Tiene cuatro patas y representa un cambio de organización dinástica hacia una organización corporativa, ya que no usa las inscripciones en los edificios ni en las tumbas, es la época en que todo se centra a través de los códices y los gobernantes pasan a ser totalmente anónimos."

Angulo apuntó que la tumba presentaba alteraciones, ya que fue abierta alrededor de 1490 por mayas de origen tzeltal que comenzaron a recuperar los edificios y a abrir tumbas como ésta, en la que removieron algunos objetos de cerámica por todo el sarcófago: "Todo indica que los huesos que quedaron los pusieron en un rincón y colocaron una olla con tapa en cuyo interior depositaron huesos hervidos".

Este hallazgo comprueba muchas de las teorías de los viejos arqueólogos, como Tatiana Proskouriakoff, que planteaba que a partir del año 840, con el nacimiento de Quetzalcóatl en Tula, los grupos corporativos, tipo guerrero, terminaron con las antiguas dinastías reinantes.

Los herederos de los mayas

Mientras el arqueólogo Juan Yadeun Angulo mostraba el hallazgo a los medios de información y los turistas tenían la oportunidad de vivir esta experiencia inédita, Alonso Méndez Guzmán, autoridad tzeltal de Tenejapa, afirmaba que este descubrimiento significa mucho para su pueblo.

"Somos parte de la cultura tzeltal de origen maya, y creemos que todo lo que se está encontrando es importante para dar a conocer nuevos elementos culturales para saber cómo vivían nuestros antepasados."

Dijo que esta exploración arqueológica es interesante porque muchos elementos culturales que ellos utilizaban, como "el cántaro para el agua", se sigue utilizando en todas las comunidades mayas.

Leticia Sánchez
 
Tomado de MIlenio Diario: http://www.milenio.com/node/369679

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